Artista: Sam Sparro
Album: Return to paradise 6.0/10
La rola: Happines
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A la edad de 25 años Sam Sparro presentaba su debut homónimo a la
par de artistas como Adele, Lilly allen y Little Boots, hoy la generación de
lanzamientos se repite, cada uno de ellos con la intención de afianzar su lugar
en el ya competido mundo del pop.
4 años después el australiano regresa con un segundo álbum que ha sido, en su mayoría destrozado por la
critica, pero mas por los fans que esperaban
un segundo Black And Gold, pero
nada de eso hay aquí , lo que se encuentra es un curioso “homenaje” al funk y
al Prince que lleva por titulo Return to
Paradise.
El álbum producido por Sparro y
Jesse Rogg (responsable del unico hit del cantante a la fecha) es en sus
palabras un homenaje a las canciones de los 70s y 80s, todo ello mezclado con un
sonido actual. En palabras suena una
idea fantástica, pero llevado a las
bocinas no del todo.
Return to Paradise parece un trabajo
de total autocomplacencia, donde
Sparro se dedica a mostrarnos de sus dotes vocales una y otra vez, pero al final es solo eso y
nada de experimentación. Como letrista siempre se ha destacado, pues a
diferencia de las mil y un canciones pop
que se escuchan en la radio, Sparro
decide reflexionar, acerca del mundo, la soledad y la felicidad. Entonces, ¿cual podría ser el problema ante un artista con tanto potencial?.
La respuesta es sencilla, la
falta de homogeneidad en su música, cada uno de los tracks que componen el
disco se destacan de manera individual, pero en conjunto la producción suena
aburrida y poco atractiva. La prueba
esta en I wish i never meet you, un
medio tiempo que recuerda las producciones de Xenomania y que presenta un balance entre la voz y la
sencilla, producción que lo acompaña.
Mientras que en Happines, suena
al mejor Jamiroquai, con el suficiente toque electro-funk que inexplicablemente
ha pasado desapercibido.
El resto del álbum se queda a mitad del camino y las
melodías no trabajan a favor del
cantante, por el contrario caen la monotonía,
y aun con los aportes electrónicos, resultan un tanto aburridas. No todo
resulta desechable, por ahí esta la colaboración de Bethany Consentino en
Hearth like Us, que presenta una
de las mejores colaboraciones de su carrera, mientras que Greg Kurstin logra
su cometido en The Shallow end,el tema mas funk del disco,
con unos coros que recuerdan lo mejor de su primera producción.
Return to Paradise es sin duda el difícil “segundo disco” por el que todo artista pasa,
un trabajo de total transición.