Artista: Lykke li
Álbum:I never learn 8.8/10
La rola: I never learn/love me like im not made of stone
LL
Lykke Li cierra su trilogía de amor con su disco más corto y concreto a la fecha. Un trabajo producto de "la peor ruptura amorosa", que la llevo a un largo autoanálisis que derivó en un bloqueo de compositor que al final del día terminó, gracias a David Lynch, que la metió en la meditación trascendental y la convirtió en un ser que ha dejado las metáforas de inocencia Youth Novels (2008) o la furia juvenil de Wounded Rhymes (2011) y se ha entregado a un desahogo total, que no necesita más de 30 minutos para contarlo al mundo.
Bajo la producción habitual de Björn Yttling y la sorpresiva aparición de Greg Kurstin en algunos tracks, Li desnuda aún más su sonido, y lo convierte en cantos nocturnos de soledad y desamor, que provocan una placa contemplativa, llena de desolación que se pone a la altura de cantantes inmersas en su propio mundo, desde Stevie Nicks hasta Stina Nordenstam.
Adiós los sonidos electrónicos de su debut y las influencias más orgánicas del segundo, aquí todo se condensa en una sesión acústica que deja espacio para lo más importante: las letras y la voz. El inicio lo da el tema que da nombre al disco, tal vez el momento de mayor producción, con una sección de cuerdas acertada, mientras la cantante se muestra resignada a cometer el mismo error una y otra vez. En No rest for the wicked se comprueba que menos es más, todo ello a causa del protagonismo de un sencillo piano que, pese a la pequeñez de su participación, deja huella dentro del tema.
Y eso es precisamente la magia del disco, pequeños detalles, destellos mínimos de producción, juegos vocales y todo lo necesario, pero de manera discreta, para hacer efectivo una canción como Love like im not made of stone, que podría tacharse de facilona o pretenciosa y que es en el cuidadoso trabajo de producción donde reside mucha de la emoción que transmite la cantante.
En Gunshot, llega el punto cumbre a manera de confesión, donde las analogías de una relación destructiva con una bala se hacen presentes. Mientras que Heart of steel reafirma el dolor y el tema final Sleeping Alone, puede parecer lleno de esperanza, aún así cuestionándose si ¿Podrá a acostumbrarse a dormir sola?
Este disco es una perfecta síntesis de una terrible experiencia amorosa, pudo haber escrito un álbum más largo, pudo haber sido más positivo, e incluso pudo haberse aventurado a otras sonoridades, pero lo que tienes aquí, es la culminación de 3 de los mejores discos de pop que Suecia ha dado al mundo, y eso ya es mucho decir.
Bajo la producción habitual de Björn Yttling y la sorpresiva aparición de Greg Kurstin en algunos tracks, Li desnuda aún más su sonido, y lo convierte en cantos nocturnos de soledad y desamor, que provocan una placa contemplativa, llena de desolación que se pone a la altura de cantantes inmersas en su propio mundo, desde Stevie Nicks hasta Stina Nordenstam.
Adiós los sonidos electrónicos de su debut y las influencias más orgánicas del segundo, aquí todo se condensa en una sesión acústica que deja espacio para lo más importante: las letras y la voz. El inicio lo da el tema que da nombre al disco, tal vez el momento de mayor producción, con una sección de cuerdas acertada, mientras la cantante se muestra resignada a cometer el mismo error una y otra vez. En No rest for the wicked se comprueba que menos es más, todo ello a causa del protagonismo de un sencillo piano que, pese a la pequeñez de su participación, deja huella dentro del tema.
Y eso es precisamente la magia del disco, pequeños detalles, destellos mínimos de producción, juegos vocales y todo lo necesario, pero de manera discreta, para hacer efectivo una canción como Love like im not made of stone, que podría tacharse de facilona o pretenciosa y que es en el cuidadoso trabajo de producción donde reside mucha de la emoción que transmite la cantante.
En Gunshot, llega el punto cumbre a manera de confesión, donde las analogías de una relación destructiva con una bala se hacen presentes. Mientras que Heart of steel reafirma el dolor y el tema final Sleeping Alone, puede parecer lleno de esperanza, aún así cuestionándose si ¿Podrá a acostumbrarse a dormir sola?
Este disco es una perfecta síntesis de una terrible experiencia amorosa, pudo haber escrito un álbum más largo, pudo haber sido más positivo, e incluso pudo haberse aventurado a otras sonoridades, pero lo que tienes aquí, es la culminación de 3 de los mejores discos de pop que Suecia ha dado al mundo, y eso ya es mucho decir.
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